jueves, 17 de diciembre de 2020

MUÉVETE, MUÉVETE

       Ayer vi anunciada una serie nueva "El desorden que dejas". Pensé que era un título genial, pero que es una frase demoledora para que te la digan en tu vida cotidiana, o no? A mí me encantaría  desordenarle la vida a alguien, es mucho más divertido que ordenarla. Pero sin causar daños demasiado permanentes, claro. 

    Hace mucho tiempo, en una clase de Yoga me dijo el profesor que estaba bien perder el equilibrio de vez en cuando. Bueno, una cosa era perder el equilibrio y otra muy distinta no ser capaz ni de mantenerte 5 segundo sobre un sólo pie. Pero nulidades motrices a parte se debe uno desestabilizar de vez en cuando para volver a encontrar su centro, y es que no todos los días o semanas es el mismo. Va cambiando y cuando tienes peques en casa más aún.

    Hay muchos motivos por los que dejar que esto pase y muchos más para hacerlo tú. Estamos demasiado aferrados a nuestra zona de confort y hay que practicar más el desapego. Qué irónico me parece todo esto, yo que tenía una opinión completamente diferente respecto al tema... pero nos hacemos mayores y aprendemos a dejar de pensar tanto las cosas.

    El problema que hay en pensarlas demasiado son los cambios de opinión, hoy estoy segurísima de algo y mañana dudo de eso y hasta de mi talla de sujetador, es demasiado estresante, es mucho más sencillo no dar nada por sentado y asumir que lo que está bien hoy, puede que mañana nos sobre. Los sentimientos son volubles y no puedes hacer categórico algo que se puede modificar. Aunque hay sentimientos que no cambian fácilmente, tienen que pasar 100 años y los tienes que machacar mucho para romperlos, pero al final se rompen ... Esto lo aprendí en Macondo. Al final siempre queremos volver allí donde hemos sido felices.

   En realidad es mucho más sencillo de lo que nos imaginamos, a los que nos gustan lo abrazos calentitos de koala, el desorden que haya alrededor no nos resulta tan molesto, y mientras estás bien agarrado ahí como una lapa, sin soltar del todo  una mano, con la otra vas colocando. Y si el árbol que nos da el calor se mueve pues o nos movemos con él o nos vamos a otro.

     Dicen que la vida hay que vivirla, dejarse llevar y ver qué pasa con el tiempo y no dejar de avanzar nunca·

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario