miércoles, 11 de marzo de 2015

EPI Y BLAS

- Sí, lo sé...-
- Pues me ha dicho el médico que se acabó, que tengo que dejarlo o me matará.-
- ¡¿No jodas?!-
-  Pues sí. Puedo tomar té, zumos, cualquier infusión, cerveza, vino...¿incluso en cierta medida wisky! Pero no CAFÉ. Y eso me mata, porque me gusta, lo quiero, lo deseo, lo necesito... Jajajaja. No puedo vivir sin café... Mmmmm, su sabor, cómo me despierta, me calma la ansiedad... todo. No puedo más, me moriré...¡no tiene sentido!-
- Pero tío, ¿Tú eres tonto? es por tu salud. El médico sabrá lo que necesitas. ¿Tú cuando lo tomas, notas algo?-
- Hasta ahora, solo lo notaba después, me quedaba hecho polvo, me dolía y me tiraba todo el día obsesionado con ello... pero desde hace un tiempo ni lo disfruto, ya incluso cuando lo estoy tomando me hace sentir mal.-
- Joder, no entiendo el problema. DE-JA-LO, si te sienta mal, si va a hacer que enfermes o incluso causar daños irreparables, hazlo ya. No merece tanto la pena. Solo es café. Puedes beber cualquier otra cosa.-
- ¡Gracias amigo! ¿De verdad piensas todo lo que me has dicho?-
- ¡Claro!-
- Pues recapacita. El café es para mí lo que ELLA para tí. Es casi insultante la situación y te va a causar daños irreparables, piénsalo, por favor.-

     Escuché esta conversación esta tarde, mientras saboreaba un café sentada en una terraza, disfrutando de este sol primaveral de Marzo. Pagué, y mientras caminaba hacía casa pensé que no iba a poder borrar de mi mente la imagen de la sonrisa de ese hombre, hablando a su amigo, en mucho tiempo.

domingo, 1 de marzo de 2015

VENUS

     Ser una persona sensible tiene muchas cosas malas. Toda la porquería la hipocresía, la cobardía... y todas las demás bajezas del mundo acabadas en "-ía" que se te ocurran, de propios y extraños (más de propios) duelen como si fueran un uñero. La empatía, la mayor parte de las veces no es una ventaja, porque el dolor del alma es más difícil de aliviar que el de muelas (que se lo pregunten al pobre Calisto) e involucrarse tanto con los seres queridos nos deja, además de tonto, apaleao.
     Pero también tiene sus cosas buenas, cuando estás rodeada de esas cosas que todos sabemos del día a día, es difícil ver nada bonito. A veces, hasta te olvidas de que esas cosas existen. 
     Pero lo hace... ¡¡¡Oh, sí!!! Si un día te permites a ti misma hacerlo, descubres que Aquiles no fue atravesado por la flecha de la muerte, sino por la de cupido, que los poetas no están tirados en un portal poniéndose hasta el culo de crak, sino que se esconde entre nosotros, amando de una manera que abruma y extenúa... pero que ¡bendita sea! que la luz ha llegado a este mundo de mil formas distintas y una de ellas te extiende las manos para que le abraces y bailes con él y te besa en la boca llenandote de un oxigeno que te faltaba. Quedan almas capaces de mirar... qué digo mirar, admirarla. Porque en cada latido, en cada rincón un almendro florece y aunque no sea el tuyo deberías agradecer con miles de lágrimas ser tan afortunada de verlo. No puedo, ni quiero imaginar un día en mi vida sin contemplar, o buscar al menos, esa diosa escurridiza que se desnuda ante nosotros. No cabe en mí otra respuesta porque como dijo "otro" poeta: "Reivindico el espejismo, de intentar ser uno mismo, ese viaje hacía la nada, que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada... LA BELLEZA".