Qué envidia me dan esas personas que en el trabajo se toman tooooodo su tiempo para hacer las cosas. Yo no puedo. A mí, cuando alguien me pide algo, lo hago, lo más rápido, eficaz y mejor posible.
Pero esa gente que le pides que te diga unos datos, o que compare unos documentos, o que te organice unas cosas.... Por dios, qué felices deben ser. Lo que más me encanta de ellos, es esa capacidad, que parece innata, para hacerte sentir mal. Para ellos, es como si te estuvieran haciendo un favor, no es su trabajo. Es algo que hacen en tu conveniencia, porque ellos como dioses Bacos que son, se rebajan a tu nivel, Oh inútil mortal, para que tú te beneficies de sus favores.
Otra cosa son amigos y familiares que te hacen un favor a cambio de "nada" como mucho un día les invitas a una cerveza o un café, por los servicios prestados, que ya ves tu el beneficio que les puede reportar eso a ellos!. Pero esta es otra historia, porque sarna con gusto no pica, y todos, podemos hacerle favores a esas personas, queridas, para nosotros.
Pero los otros, esas sanguijuelas oficinistas que encima de restregar por tu fea cara de proletario ridículo, sus maravillosas virtudes del escaqueo. Si tu, por un segundo intentas hacer los mismo, te miran con indignación y reprobación.
Sólo hay una especie de bípedo que soporto aun menos que a estos, son los caga lastimas. A los caga lastimas se los reconoce, porque son aquellas personas que se dedican a ir por la oficina, día sí, día también, llorando sus penas por todo. Ellos no tienen días malos, porque TODOS sus días son malos. Ellos tienen TODOS los problemas que se pueden tener en el mundo laboral. Me encanta cuando envisten contra las vacaciones, porque tienen muchos días seguidos y los querrían más repartidos, porque es mala época para irse de vacaciones, porque no son suficientes... y así hasta acabar con toda la retaila de quejas posibles habidas y por haber.
Creo que las únicas personas felices en el trabajo, con respecto a este tema, son los autónomos!
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